Los procesadores de 128 bits son una tecnología informática avanzada que permite procesar grandes cantidades de datos y aumentar la velocidad de procesamiento, sin embargo, muchos se cuestionan por qué no se han generalizado en el mercado y es notable su ausencia.
La historia de los procesadores de 128 bits se remonta a finales de los años 90, cuando empresas como Intel comenzaron a planear y desarrollar chips de mayor capacidad que permitieran un mejor rendimiento para aplicaciones de alta intensidad gráfica.
Los procesadores de 128 bits ofrecen varias ventajas en comparación con los procesadores de 64 bits o inferiores.
Al tener un bus de datos más ancho, pueden manejar grandes cantidades de datos en una sola operación, lo que podría mejorar significativamente el rendimiento para tareas como edición de vídeo, renderización 3D y análisis de datos complejos.
Además, algunos argumentan que los procesadores de 128 bits tienen una mayor capacidad de administrar la memoria y realizar cálculos con números muy grandes.
¿Por qué no se generalizan los procesadores de 128 bits?
Sin embargo, hoy en día, no hay procesadores comerciales en el mercado que sean exclusivamente de 128 bits.
La mayoría de los procesadores modernos trabajan con 64 bits, mientras que algunos tienen modos de 128 bits implementados como extensiones adicionales.
Los procesadores de 128 bits se han centrado históricamente en aplicaciones especializadas como la criptografía y la investigación científica, pero la mayoría de los consumidores y empresas no requieren de su potencial computacional. ¿Por qué ocurre esto?
Dado que la tecnología y la industria cambian continuamente, no hay una respuesta definitiva a esta pregunta. Sin embargo, podemos brindarte algunas posibles razones por las que los procesadores de 128 bits aún no se han convertido en el estándar:
- Falta de necesidad:
Actualmente la mayoría de las aplicaciones y sistemas operativos no requieren un procesamiento de 128 bits, lo que significa que los procesadores de 128 bits no representan una necesidad real para el uso cotidiano de computadoras y dispositivos electrónicos.
El procesamiento de 128 bits puede ser útil para ciertas cargas de trabajo intensivas en CPU, como la renderización de videojuegos en resolución 4K o la simulación de grandes conjuntos de datos científicos.
Pero esto es un nicho de mercado aún minúsculo, por lo que ninguna empresa está apostando seriamente por incorporarlos a corto o mediano plazo en sus catálogos.
Por su parte, los procesadores de 64 bits ofrecen mejoras significativas en el rendimiento y la eficiencia energética.
A su vez pueden ejecutar la mayoría de las aplicaciones lo suficientemente rápido y manejar cantidades adecuadas de memoria.
- Costo
La implementación de procesadores de 128 bits requeriría una considerable inversión financiera en investigación, desarrollo y producción.
Este costo se debe tanto a la complejidad que posee la creación de estos sistemas, como a la necesidad de diseñar nuevos componentes y software específicos para su funcionamiento eficiente.
Además, la producción en masa de estos procesadores también requeriría una inversión significativa.
Al no haber suficiente demanda para los procesadores de 128 bits, la inversión necesaria para producirlos podría no ser rentable
Es decir, si el mercado actual no está dispuesto a pagar por los procesadores de 128 bits o si otra opción más económica cumple con las necesidades de los consumidores, entonces la inversión no sería rentable y se traduciría en pérdidas financieras.
- Limitaciones de software
Los procesadores de 128 bits son relativamente nuevos y ofrecen una mayor capacidad de procesamiento en comparación con los procesadores más antiguos.
Para aprovechar al máximo estas nuevas capacidades, los desarrolladores de software tendrían que reescribir gran parte del código existente, especialmente aquellos que hacen un uso intensivo de la aritmética de punto flotante, lo que requerirá tiempo y recursos significativos.
Estas restricciones pueden presentar desafíos para los desarrolladores de software que buscan aprovechar plenamente las últimas tecnologías de procesamiento disponibles, al mismo tiempo que brindan experiencias fluidas al usuario final.
- Competencia
La competencia entre los procesadores de 128 bits y las otras tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, la nube y la realidad virtual está resultando en el desvío de la atención y recursos del I+D+I (Investigación, Desarrollo e innovación).
A medida que las nuevas tecnologías emergen, hay una lucha por atraer la atención de los consumidores y de los desarrolladores de software, lo que a veces resulta ser perjudicial para las tecnologías existentes que ya están disponibles en el mercado de una manera rentable y eficiente.