En un giro inesperado de los acontecimientos, la Comisión Europea ha decidido paralizar ‘sine die’ la fusión entre Orange y MásMóvil. La decisión, que fue adoptada este viernes, se debe a la falta de información adicional que las operadoras debían enviar para disipar las preocupaciones de Bruselas.
La Comisión Europea, que está en el proceso de evaluar el impacto de la fusión en el mercado español de telecomunicaciones, ha detenido el reloj de la investigación hasta que se suministre la información requerida.
La fecha límite original para tomar una decisión, que estaba prevista para el 4 de septiembre, se extenderá más allá de esa fecha.
La preocupación principal de la Comisión radica en que la fusión podría reducir la competencia en los servicios de banda ancha móvil y fija en España. Para abordar estas inquietudes, Orange y MásMóvil han estado en conversaciones con la Comisión para ofrecer remedios que permitan la aprobación de la fusión.
Entre las posibles soluciones discutidas, se ha mencionado la posibilidad de ceder activos en el negocio minorista. Según Meinrad Spenger, consejero delegado de MásMóvil, hay “muchos candidatos” interesados en adquirir estos activos.
La decisión de paralizar el expediente ha dejado a muchos en el sector de las telecomunicaciones en un estado de incertidumbre. Sin embargo, la luz al final del túnel aún está encendida, ya que las partes involucradas están dispuestas a cumplir con las condiciones impuestas por la Comisión.
A medida que la situación se desarrolla, los ojos de la industria estarán puestos en Bruselas, esperando la próxima jugada en este juego de ajedrez de telecomunicaciones.