Un nuevo robot que da abrazos “humanos” ha sido construido en fechas recientes. Esta noticia ha sorprendido a no pocos internautas y amantes de las tecnologías en el mundo.
La primera versión totalmente independiente de un robot capaz de abrazar humanos es realidad. Esta innovación tecnológica podría ofrecer beneficios considerables tanto para el campo médico como para el campo social, ofreciendo un toque humanizante a la robótica.
Y aunque parezca extraño el título, lo cierto es que sus creadores dan fe de las variadas capacidades de este autómata y no se cortan al explicar las múltiples aplicaciones que tiene.
Se trata del HuggieBot 3.0 y ha sido creado por un grupo de especialistas y científicos alemanes del Instituto Max Plank para Sistemas Inteligentes. Tal y como su nombre lo indica, el HuggieBot es un robot especializado en el arte de abrazar.
Para desarrollar su tarea, cuenta con un curioso diseño que le permite simular en lo mejor posible el contacto con un humano.
Tanto su estatura como su forma humanoide, provista de varias capas de ropa particularmente cálidas, provocan en los usuarios la sensación de encontrarse ante un semejante.
Sensación que refuerza además mediante dos compartimientos del flexible cloruro de polivinilo, material que constituye la base para la zona del pecho.
Aunque es importante remarcar que para su rostro se utiliza una pantalla con la silueta de una cara sonriente, que aunque reconforta, nos recuerda mucho más a una máquina de lo que esperaríamos en un robot que simula a los humanos.
Este aspecto podría ser tema de retoque, pero no la función oculta de esta pantalla y que contiene uno de los mejores secretos del robot. Una cámara con sensores capaces de identificar los gestos y responder en consecuencia.
Es decir, que este nuevo robot es capaz de reconocer cómo te acercas a él y cómo reaccionas, de manera que puede aproximarse a ti y abrazarte de una manera muy cercana a como lo haría otro ser humano.
Con su procesador interno, identifica cómo responde tu corazón a los estímulos y transmite esa información a sus brazos mecánicos. De esta manera te brinda en todo momento la sensación de relajación y calma de un auténtico abrazo humano.
Sabiendo lo qué es capaz de hacer, ¿te imaginas en cuántos escenarios sería útil?
Entre los beneficios de este avance se afirma que no solo mejorará notablemente aquellas máquinas diseñadas para la interacción con humanos, sino que también tendrá numerosas utilidades prácticas en los distintos campos.
Para los adultos mayores, por ejemplo, dicha innovación resultaría particularmente beneficiosa ya que les brindaría compañía cuando sus seres queridos no estuvieran presentes y les permitiría recibir cariño y afectividad sin necesidad de contacto físico directo.
Siendo así, este tipo de robots tendrían un papel importante en la sociedad moderna al servir crucialmente como herramientas didácticas extraordinarias para ciertos públicos sensibles o vulnerables que deseen recibir atención emocional sin riesgo de interacción física o moral inadecuada con otros individuos formales.
Ejemplo de este caso serían personas con traumas y víctimas de los diferentes tipos de violencia. Quienes necesiten, de a poco, obtener de nuevo la confianza para superar la situación.
También, permitirían proporcionar cuidado y apoyo constante en contextos médicos sensibles, como centros geriátricos o unidades pediátricas, evitando así el contacto directo entre pacientes y personal humano, disminuyendo así el riesgo de infección cruzada.
El uso de robots abrazadores también sería útil para aspectos educativos como orientación de juegos, comportamiento adecuado, expresión emocional y control de actitudes antisociales.
De esta manera, además, beneficiaría emocionalmente a las personas con trastornos del espectro autista (TEA) en diferentes terapias como herramienta de aprendizaje para ayudarlos a desarrollarse socialmente.